nos dijimos tantas, pero tantas cosas. Que ya no queda nada mas por decir, no hay algo nuevo e hiriente que podamos decirnos, no existe puñalada que no nos hayamos dado. Creo que es por eso, que paradojicamente no nos queda mas que aceptarnos y querernos. Ultimamente nos damos cuenta de que es posible volver a reir juntas, como cuando ambas eramos niñas, alma infante y alma joven, que no por casualidad se unieron en un lazo, el cual no se borra fácilmente, no es algo que pueda olvidarse, no es algo que algún día te deje de erizar el pelo.
Decidieron unirse en lazo maternal, en ser una parte de la otra.
Decidieron unirse en lazo maternal, en ser una parte de la otra.
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