viernes, agosto 12

Cuando tengo un ataque de frustración

Soy incapaz de decir algo que no hiera, como si tuviese verborrea, pero al mismo tiempo, me siento muda, tengo tantas cosas por expresar, que no me alcanza la voz, me dan ganas de gritar y escupir toda la rabia, pero al mismo tiempo sé que no debo hacerlo, lo cual solo me da mas ganas de gritar, mientras ocurría todo lo anterior, de mis ojos brotaba un río de agua salada.
Luego me doy cuenta de lo anterior y me encierro en mí e intento recobrar la calma, canto algo que me tranquilice, respiro hasta quedar en blanco, luego retomo el motivo de la rabia y lo ordeno, mientras hago eso tengo los oídos tapados, la vista nublada, un nudo en la garganta, la cabeza adolorida y la infaltable música de fondo en la misma.
Bah, luego respiro unas cuantas veces mas, sale mas agua salada. hasta volver a la normalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario